Hay diversos barrios de Santiago que se han caracterizado por la manifestación de niveles de violencia que, a pesar de los esfuerzos realizados y recursos invertidos, siguen siendo un desafío para los gobiernos democráticos. Un ejemplo de ellos, son el barrio Legua Emergencia, en la Comuna de San Joaquín, y el barrio Yungay, en La Granja.
Este libro parte de una investigación que busca analizar y comprender ese panorama de violencia, en el que participan individuos y grupos de sectores carenciados tanto en el papel de víctimas como de victimarios. El objetivo fue indagar en realidades que, por lo general, han mostrado ser resistentes frente a las políticas públicas, con el fin de proponer alternativas de intervención.
Liliana Manzano aborda una serie de aspectos que desde los aportes de la Teoría Ecológica del Delito y de la tesis de la Eficacia Colectiva explican la particular situación de estos territorios. Así, analiza y evalúa el papel que juega el control social informal en los niveles delictuales y de violencia en dos barrios de similares condiciones socioeconómicas. La hipótesis guía es que los altos niveles de violencia en los territorios estudiados se relacionan con bajos niveles de cohesión, confianza y de control social informal o capacidad de actuación colectiva, sin perjuicio de la existencia de otras causas socioeconómicas.
La comprobación de esta hipótesis tiene consecuencias para las políticas de prevención del delito a nivel local, las que debiesen considerar la importancia de promover la confianza y el control social informal entre vecinos respecto de aquellas situaciones que pueden desencadenar violencia.
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